Conocido los numerosos beneficios terapéuticos del CBD y su impacto positivo en la salud, cabe destacar las propiedades neuroprotectoras para el alivio del dolor crónico que numerosos estudios ponen de relieve.
Hay muchos datos preclínicos y clínicos que respaldan las propiedades antiinflamatorias potencialmente eficaces de los cannabinoides, en particular destacando el papel del CDB como un compuesto no tóxico y no psicoactivo. Aunque por el momento no existe un tratamiento eficaz para prevenir o eliminar el dolor neuropático, el tratamiento con CBD tiene por objeto reducir los síntomas.
Cannabis en el tratamiento del dolor crónico no oncológico
La doctora Evelyn Muñoz, del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Clínico Universidad de Chile, analiza la evidencia del uso de cannabinoides en el tratamiento del dolor no oncológico. En su estudio obtiene una continua “evidencia positiva del efecto analgésico de los cannabinoides en el manejo del dolor crónico”.
El mayor desarrollo de trabajos y evidencia es en relación al dolor neuropático central asociado a la esclerosis múltiple donde la Academia Americana de Neurología recomienda “el uso de fármacos derivados de cannabinoides para el manejo de la espasticidad y dolor central asociado a esta patología”.
En relación a otro tipo de dolores neuropáticos crónicos igualmente el estudio define su acción analgésica con evidencia moderada y pone de relieve cómo la guía de la sociedad del dolor canadiense, “Consenso para el manejo del dolor crónico neuropático” incluye la indicación de los cannabinoides como tercera línea, avalados en los resultados positivos encontrados.
Los cannabinoides en el dolor por cáncer
El doctor Franjo Grotenhermen, presidente de la Asociación por el Cannabis como Medicamento y fundador de la Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento demuestra en su estudio sobre los cannabinoides en el dolor por cáncer los efectos analgésicos en diferentes tipos de dolor crónico.
“Hay pruebas de que los endocannabinoides producidos en la médula espinal pueden favorecer el dolor al reducir la actividad de las neuronas inhibitorias”, destaca. Esta actividad promotora del dolor de los endocannabinoides disminuye en la inflamación crónica y en el dolor neurológico, lo que puede explicar la diferencia de efectos de los cannabinoides en el dolor agudo y el crónico.
“El CBD solo hace unos años que está siendo introducido en los tratamientos por las compañías farmacéuticas y los centros de investigación, aunque puede que algún paciente, sin saberlo, haya experimentado sus efectos” explica.
¿Qué es el Dolor Crónico?
La International Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define el dolor como una “experiencia sensorial o emocional desagradable asociada a un daño real o potencial en un tejido, o descrito en términos de dicho daño” que varía según el fenómeno actual que lo causa y las características de la persona que lo siente. El dolor tiene gran influencia sobre la calidad de vida y el funcionamiento del paciente y se clasifica en agudo -fácilmente tratable y, en general, autolimitante- o crónico -a menudo incapacitante y difícil de intervenir-.
Este último se caracteriza por tener una duración superior a 3-6 meses y continuar incluso cuando el desencadenante ha desaparecido. Las señales de dolor se mantienen activas durante semanas, meses o años y pueden ser agravadas por factores ambientales y psicológicos.
La investigación farmacológica se orienta a la búsqueda de analgésico para el alivio del dolor crónico y neuropático porque este tipo de dolor es resistente a muchos tratamientos médicos e incluso farmacológicos. El dolor crónico tiene efectos negativos especialmente en la esfera psíquica, causando depresión, ira y ansiedad.
Es ahí donde aparece el poder analgésico de los cannabinoides para el tratamiento del dolor crónico, en particular el dolor neuropático, es difícil de tratar y particularmente debilitante.
¿Cómo funcionan los cannabinoides para el tratamiento del dolor crónico?
El dolor es un mecanismo protector y adaptativo aunque cuando se vuelve persistente y patológico produce efectos negativos en la calidad de vida del paciente así como en su entorno. Desde el punto de vista farmacológico, el CBD actúa mal en los receptores canabinérgicos CB1 y CB2, pero sí es capaz de interactuar con diferentes neurotransmisiones a nivel del sistema nervioso central regulando el tono de la adenosina endógena, por ejemplo.
De hecho, los efectos analgésicos del CBD parecen estar antagonizados por sustancias capaces de inhibir los receptores A1 de la Adenosina, que están fuertemente involucrados en la transmisión y cronificación del dolor. De la misma manera, el CBD activa los receptores de serotonina 5HT1, fundamental para el cambio de humor, la ansiedad y la depresión. Gracias a su interacción con los receptores del sistema serotoninérgico, el CBD reduce estas comorbilidades, ayudando al paciente a hacer frente a los síntomas dolorosos.